Appaloosa, los caballos indígenas de Kirguistán.

Hay un lugar en lo más profundo de Kirguistán donde aún sobrevive una de las razas de caballos más mitológicos y únicos de la tierra.

En las afueras de Toktogul, a más de 200 kms al sureste de la capital Bishkek en la región de Jalal-Abad un local llamado Munarbek Kuldanbai lleva luchando durante varios años para que la pureza genética y la historia de estos caballos se proteja y se mantenga.

La dependencia de recursos naturales entre los antiguos países del bloque soviético es fundamental para mantener un equilibrio económico ya que unos dependen de otros, en el momento que haya un desajuste o problema entre vecinos la balanza se desequilibra y todos se ven afectados, en este caso es Kirguistán quién se encarga de suministrar el agua suficiente para mantener los regadíos de todo el fértil valle de Fergana que hace frontera entre ambos países en el que la agricultura es la base económica y a su vez los uzbekos compensan la falta de gas que tiene Kirguistán, esto ocurre igual en otros estados fronterizos con otros recursos naturales.

El embalse del Rio Naryn en Toktogul, desde el cual se canaliza el agua hasta el valle de Fergana y Uzbekistán.

Históricamente se ha pensado que los caballos Appaloosa llegaron a Norteamérica durante la expansión del imperio castellano pero se ha comprobado que, como tantas otras cuestiones se trata de un grave error histórico, cuando llegaron los castellanos los nativos ya usaban este caballo y el motivo es llegaron allí desde las estepas de Kirguistán cruzando por a través de la actual Rusia por el estrecho de Bering.

Toda esta cuestión ha sido demostrada científicamente en magnífico documental True Appaloosa y que me sirvió personalmente para conocer esta historia y este proyecto.

Mi llegada a la granja, como todo en Kirguistán no estuvo exenta de problemas, el plan era ir desde Bokonbayevo al sur del lago Issyk-kul donde se concentra la mayor parte de berkutchis de ascendencia kazaja y que usan sus águilas reales y sus perros para cazar, aunque cada vez más enfocados al turismo…

Berkutchis de Bokonbayevo con los perros Taigan y el Águila real hembra.http://shermanbetov_kadyrdin

Eran 448 kms y 8 horas de viaje, demasiado para hacerlo en un día, por lo que decidimos hacer noche en un pueblo reservando en una casa con anfitriones locales, después de casi una hora buscándola no pudimos encontrarla y sólo había otra opción…por lo que decidí llamar y menos mal, porque era más de las 9 de la noche y ya pensaba que tocaba dormir en el coche, hubo suerte y nos abrieron sus puertas…por 12 euros al cambio alojamiento bastante decente con baño y desayuno, que recuerdo que la mujer en bata y el hijo en pijama nos prepararon el típico desayuno kirguís.

Después ese pequeño percance pusimos rumbo a Toktogul, eran alrededor de 3 horas y la primera vez que conducía por esa zona del país, a la entrada de la ciudad había un control policial, allí uno de ellos con su espada láser de Darth Vader y haciendo malabarismos como si fuera una majorette me dió el alto… mi primer pensamiento fue darme a la fuga porque sé de sobra que era un control con afán recaudatorio…pero al final paré.

En algunos puntos del camino el coche llegó a marcar -27º C.

Me bajo del coche y voy a la garita y empieza la película, disimulo, no sé ruso, no sé kirguís…y ya sabía que me iban a enseñar la foto del rádar, en una recta bajando con visibilidad había una señal de límite de 40 Km/h, había dos fotos una a 68 y otra a 72, yo me empiezo a hacer como que no sabía, que no había visto, que era turista…y el de la garita me enseña el libro de las multas, lo unico que entendía era que tenía que pagar 7000 soms, al cambio aprox 70 eur, entonces le voy con la película de que venimos a colaborar con una ONG de caballos, de los Appaloossa, que si pago la multa no voy a poder dejar el dinero para que los caballos tengan comida durante el invierno, le enseño una parte del documental en el móvil y luego también le enseño vídeos míos de anteriores viajes en Kirguistán, le llamo a Munarbek y le digo que nos tienen bloqueados…después de eso también me piden el carnet de conducir convalidado, se lo enseño…le llaman por teléfono al compañero y tachán!

Que podemos continuar, me despido de ellos con un selfie y con un nuevo seguidor en Youtube…

Poco más de 20 minutos después por fin llegamos la granja de caballos, a las afueras de la ciudad, en medio de las montañas, allí no estaba esperando Munarbek y su compañero Talant con un perolo de plov que estaba haciendo a la lumbre, comida típica a base de arroz, carne y verduras, estaba espectacular y más después del desgaste con los policías.

Después de la comida tocaba recoger a los caballos, actualmente son alrededor de 60 divididos en 3 manadas pero esta primavera el número iba a subir a 80. En invierno los caballos están en los alrededores y no suben a lo alto de las montañas por lo que necesitan de un suministro importante de comida, pienso, forraje, cañas etc. También hay que tener en cuenta que son más vulnerables a los ataques de lobos y por eso se recogen al caer la tarde.

Munarbek.

El resto del año los caballos están libres en lo alto de las montañas donde tienen suficientes comida y los ataques de lobos no son tan habituales y van bajando poco a poco a medida que llega el frío hasta completar su ciclo anual.

Entre todos los caballos hay un que destaca por su belleza, se trata de Chaar Suluu, con el que comenzó todo el proyecto de recuperación, estos caballos históricamente han sido sagrados en Kirguistán pero con el tiempo y los cruces entre diferentes razas fueron desapareciendo, afortunadamente Munarbek está realizando una gran labor genética para conseguir la pureza auténtica.

La repercusión ha sido tan grande que hasta los propios estadounidenses, los que defendían ser los verdaderos precursores de la raza han intentado en varias ocasiones comprar el ADN para adueñarse y manipular la historia llevándoselo a sus granjas en Estados Unidos, afortunadamente esto no ha ocurrido ni va a ocurrir porque hay un proyecto muy ambicioso en el que estamos involucrados colaboradores de diferentes partes del mundo y apoyando a que pueda mantenerse en su territorio original y se dé a conocer.

El proyecto está perfectamente definido en la web www.chaar-appaloosa.org, ahí se puede encontrar toda la información y contactar los representantes de cada país, así como los enlaces de la tienda online con multitud de merchandising así como hacer donaciones puntuales o hacerse miembro aportaciones mensuales a través de Paypal, es un trámite muy rápido y sencillo para quien quiera hacerlo desde sólo un euro al mes en adelante, estoy seguro que estos caballos sagrados les estarán profundamente agradecidos.

Aquí os dejo algunas de las fotos que hice de estos animales tan únicos y especiales que esperamos puedan sobrevivir y volver a vivir libres en las estepas y montañas celestiales de Kirguistán.

Chaar Suluu con otros miembros de su manada.

Chaar Suluu.

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