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Portugal, entre praias y castelos

Las nuevas circunstancias que nos rodean nos han obligado a replantearnos que la facilidad y comodidad que teníamos hasta ahora para viajar va a ser complicado que volvamos a vivirlo, al menos a corto plazo.

Esto no quiere decir que nos tengamos que quedar en casa esperando, sino que lo mejor es reinventarse y recuperar otras opciones aparcadas o pendientes, pero no por ello menos motivadoras.

Este año he visitado 2 veces Portugal y cuando repito es por algo, para los que vivimos en Extremadura, a pesar de ser buenos vecinos, todavía lo tenemos como un gran desconocido y por ello es el momento de empezar a descubrirlo ya que tiene mucho y bueno que ofrecer.

Castelo de Marvao a vista de dron.

La primera parada que propongo es justo después de cruzar el paso fronterizo de Valencia de Alcántara, Marvao con su impresionante castillo en lo alto de la montaña, una de tantas fortalezas que a lo largo de la raya que hacían labores de vigilancia y defensa contra las invasiones desde tiempos medievales hasta tiempos de Napoleón, hoy reconvertido en monumento nacional y futuro patrimonio de la Humanidad.

Aparte del castillo merece la pena recorrer las estrechas calles empedradas por las que casi no pueden entrar los coches y las fantásticas vistas 360º en lo alto del pueblo, sobre todo con la puesta de sol.

A poco más de 2 horas en coche llegamos a Peniche, pueblo pesquero que destaca por ser uno paraísos para surferos llegados de todo el mundo y donde cada año se celebran competiciones de nivel internacional.

Faro Carvoeiro desde donde disfrutar de las puestas de sol y observar las Islas Berlengas.

Como monumentos históricos encontramos la fortaleza, de entrada gratuita, enclavada en lo más alto de la ciudad y que jugó un papel fundamental en la historia de Portugal, siendo un lugar de recepción de esclavos llegados de las colonias africanas y posteriormente en tiempo de la revolución de los claveles usado como prisión, afortunadamente hoy día es un museo dedicado a recuperar esa memoria histórica de tiempos pasados tan oscuros.

Justo al lado bien merece la pena dedicar un paseo por el barrio de pescadores y perderse entre callejones y las casas de colores con murales de escenas marítimas que hay en sus fachadas y por último sentarse en lo alto del acantilado para ver la puesta de sol a los pies del faro de Cabo Carvoeiro.

Atardecer desde faro Carvoeiro.

A pocas millas de Peniche se encuentran las Islas Berlengas, un pequeño archipiélago que es a su vez reserva natural, para llegar hay agencias que te llevan desde el puerto, cada hora o menos salen embarcaciones que por un precio de 22 euros te llevan y por 8 euros más te ofrecen una pequeña ruta adicional en otra barca más pequeña alrededor de la única isla que es visitable para los turistas, para mí no hacerlo es imperdonable porque es alucinante el lugar, las vistas, el faro, el color del agua…. y si tienes suerte durante el trayecto te pueden hasta asaltar delfines haciendo piruetas, como así nos ocurrió.

Una vez allí lo interesante es la visita al fuerte de San Juan Bautista, levantado sobre un antiguo monasterio y usado como defensa adelantada de la ciudad de Peniche, a día de hoy reconvertido en monumento histórico y lo mejor de todo, dispone de habitaciones y te puedes alojar en él por un precio muy muy asequible.

Vista aérea de la isla Berlenga mayor con el faro a la cabeza y resto de islas a sus espaldas.

Fuerte de Sao Joao Baptista reconvertido en alojamiento

Durante la ruta alrededor de la isla, que dura sobre 40 minutos, te cuentan detalles de cuevas, pasadizos, batallas…y te enseñan rocas con diferentes formas, la más increíble la roca con forma de elefante, para algunas hay que echarle imaginación o haberse bebido más de 3 Super Bock… Esto de las rocas con forma de elefante me resulta curioso porque ya conocí otra similar en el parque nacional de Yala, Sri Lanka, y sólo me faltaría por ver la de las Islas Vestman, en el sur de Islandia, para así completar la colección mundial.

Acantilado con forma de elefante…aunque hay que echarle un poco de imaginación.

De ruta hacia el norte camino de Nazaré otra parada obligatoria es Óbidos con su castillo siendo quizá una de las ciudades amuralladas mejor conservadas que puedas ver.

Castillo de Óbidos.

La muralla circular protege perfectamente la parte antigua y eso sí, es un poco peligrosa porque hacia el interior no tiene seguridad, por tanto ojo que si te caes no lo cuentas…

Hay un edificio muy especial que aparentemente podría ser una iglesia o una basílica, pero cuando entras la sorpresa es que es una enorme biblioteca donde puedes sentarte a descansar o también ver a artesanos realizando bordados o encaje.

Pasadizos y patios escondidos llenos de flores mientras paseas por Óbidos.

De ahí a pocos kms llegamos a Nazaré, la catedral del surf mundial, el lugar donde se forman las olas más grandes del mundo, concretamente en Praia do Norte enfrente del fuerte de San Miguel. La mejor época para observar estas fuerzas de la naturaleza es de noviembre a febrero cuando coincide con la competición anual de surf, en la que sólo los más valientes se atreven a intentar domar estas paredes de agua que pueden llegar a 30 metros.

Vistas de la zona turística de nazaré desde el mirador al que se llega desde el elevador.

Nazaré no tiene en sí mucho más que visitar, es un sitio muy turístico de playa y hotel, lo único la basílica situada en lo alto de la ciudad a la que puedes llegar utilizando el elevador ,que lleva ya funcionando más de 120 años, y el mirador con unas vistas espectaculares a ambos lados, en las que contrasta la salvaje Praia do Norte con la playa de Nazaré plagada de edificios y hoteles.

El lado salvaje de Nazaré, Fuerte San Miguel y Praia do Norte, donde rompen las olas más grandes del mundo.

Y por último, el descubrimiento total, lo que más nos gustó, siguiendo la carretera de la costa a unos 25 kms al norte de Nazaré hicimos parada en un pequeño pueblo costero, Sao Pedro de Moel, coronado por el increíble faro Penedo da Saudade, el pueblo está entre enclavado entre montañas y acantilados, las casas de madera con sus balcones y los arroyos que cruzan por los parques nos daba la sensación de más bien estar en un pueblo del norte de Europa, a lo que ayudaba la niebla y una temperatura de no más de 22 grados.

Panorámica a vista de dron de Sao Pedro de Moel con su impresionante faro.

La comida, que es otro de los grandes atractivos de Portugal, aquí si aún cabe más, se superó, recomiendo el  Restaurante Estrela do Mar , justo encima del mar, comer marisco pero reservando sitio al lado de la ventana para ver como rompen las olas debajo de la silla donde estás sentado…

En el trayecto de vuelta a medio camino hicimos otra parada obligatoria, al lado de Marvao nos encontramos otro pueblo imprescindible del Alentejo, Castelo Vide.

Lo más atractivo de esta localidad es hasta alcanzar el castillo es recorrer las empedradas y estrechas calles empinadas llenas de flores, arcos, pasadizos…

En este pueblo se refugiaron muchos de los judíos que fueron expulsados de España y prueba de ello es que también es posible visitar el barrio donde se instalaron y la sinagoga.

Como recomendación culinaria no dejéis de visitar las típicas tascas o tabernas portuguesas y degustar el bacalao en cualquiera de sus formas, el gazpacho alentejano y la carne de caza, nosotros elegimos este restaurante Restaurante O Miguel y la experiencia fue buenísima.

A partir de ahora Portugal será un comodín cuando no haya otra alternativa y solo toca volver para descubrir nuevos lugares porque tiene mucho que ofrecer, el hecho de tenerlo al lado hace que no le demos la verdadera importancia que tiene.

Esta es la Ruta que hicimos pero alrededor hay alternativas muy atractivas para visitar como puede ser Batalha o Alcobaça y que se quedan pendientes para la próxima visita.

Aquí os dejo un pequeño video montaje HD con fotos y escenas a vista de dron de los lugares que hemos visitado, espero que os haya gustado, que lo compartáis con vuestros contactos y si tenéis alguna duda me podéis preguntar.

Os recuerdo, para cuando se pueda volver a viajar y las condiciones lo permitan con seguridad que si necesitáis una visa para cualquier  país os recomiendo gestionarlo a través de este enlace  iVisa, una empresa especializada que ofrece todo tipo de servicios, asesoramiento y el mejor precio.

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