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Sri Lanka (parte 4): Tren a Ella, leopardos en Yala, ballenas en Mirissa y la histórica Galle

Si tuviera que elegir una ciudad de Sri Lanka  para vivir y formar una familia sin ninguna duda sería Nuwara-Eliya. Situada en el centro sur del país, rodeada de montañas, con un inmenso lago y enormes jardines, grandes avenidas sin caos de tráfico y una atmósfera y temperatura suave, lejos del calor y humedad de la costa.

Vistas del lago y alrededores de la ciudad.

Me llamó mucho la atención la limpieza de las calles, el orden del tráfico y la accesibilidad, se nota profundamente la huella colonial británica en sus edificios, el jardín botánico y el hipódromo a orillas del lago y los grandes espacios abiertos donde la gente practicaba deporte de todo tipo, fundamentalmente cricket.

El plan para ese día era visitar Moon plains, se trata de un espacio en medio de un parque natural en el que el gobierno tiene plantaciones agrícolas orgánicas y ecológicas de todo tipo, cuando yo fui estaban plantando patatas. La entrada cuesta 2000 SLR y te llevan en un jeep por las plantaciones, en el camino te encuentras animales salvajes como pavos reales, bueyes, monos y demás, me hubiera gustado ver ciervos moteados pero no tuve suerte.

Vistas de moon plains y de los trabajadores.

Al final del todo hay un enorme mirador a modo de brújula y orienta hacia las montañas más altas del país y también hace de frontera entre 3 provincias, la sensación era de estar más bien en cualquier sitio de Europa en pleno otoño que en verano en un país subtropical por los colores de la vegetación, las nieblas, la temperatura…una sensación extraña.

Mirador y límite de frontera entre provincias.

Buey del agua salvaje en Moon plains.

Después de esta visita tomamos rumbo a Ella que era nuestro destino pero por el camino Dylan me tenía reservada una sorpresa, el típico viaje en tren que todo el mundo quiere hacer de Kandy a Ella y que sale en todas las postales, fotos etc….en una estación intermedia del camino, Nanu Oya paramos y me compró el billete de tren, mientras tanto él se iba en el coche con todo el equipaje y me esperaría en la última parada.

Estación de Nanu-Oya

La verdad que el viaje fue espectacular, el tren no va a más de 45 Km/h, cruzando de nuevo por la selva entre grandes valles, montañas, unas vistas espectaculares, cascadas, plantaciones de té…una auténtica maravilla, es lógico que todo el mundo quiera hacerlo.

Vistas del tren y del paisaje camino a Ella

Una vez llegamos a Ella nos fuimos a comprar cervezas y a comer, esta ciudad viene a ser la típica turística pero sin playa, están construyendo a lo bestia, el ambiente es de mucha fiesta y aparte de esto lo más interesante que tiene es Nine Archs Bridge, el puente que este sí sale en todos catálogos con el tren cruzando.

Vista del famoso puente lleno de turistas buscando la foto de postureo.

Vista más detallada de turistas jugándose la vida por buscar la mejor foto. Ha habido varios fallecidos que han caído al vacío por ese motivo.

Para llegar allí, desde la carretera hay un camino que cruza por la selva y hay que caminar alrededor de 2 kms, es bastante asequible pero recomiendo llevar agua, cuando llegamos aquello estaba lleno de instagrames y div@s intentándose hacer la foto perfecta incluso poniendo en riesgo su vida… y en ese sentido me decepcionó más por la gente que por el puente en sí que es una obra de ingeniería fantástica.

El mejor instagramer y la mejor foto de Nine Archs bridge.

De camino a Yala nos encontramos con esta gran cascada y nuestro amigo el mono mirando a los turistas hacerse selfies!

A la mañana siguiente el objetivo era visitar el parque nacional de Yala tratar de ver al leopardo, pusimos rumbo sur y cuando llegamos allí a mediodía después de comer pulpo a la parrilla un jeep nos esperaba para ir al parque, el precio que pagué en este caso es caro, entre jeep que ya pagué el primer día más la entrada al parque hacían un total de 90 euros al cambio, el caso, merece la pena? A mí sí porque tuvimos la suerte de tener un leopardo a menos de 5 metros, que se podía haber subido con nosotros al Jeep perfectamente, fue alucinante tener un animal así tan cerca, yo me encargaba de hacer fotos mientras Dylan lo grababa con su móvil, fueron sobre 40 segundos nada más pero eso ya no lo borra nadie de la memoria.

Nuestro conductor es un “aguililla” buscando leopardos!!!

Leopard! leopard!!!

Aparte del leopardo vimos una gran cantidad de animales salvajes, bisontes, cocodrilos, monos, cerdos salvajes, zorros, elefantes, aves…Y se me quedó pendiente Elephant´s rock, una roca a orilla del mar con forma de elefante, si no me equivoco, hay otros 2 lugares en el mundo con rocas que parecen elefantes, una es en Islandia en las islas Vestman y otra en Portugal en las islas Berlengas…donde debería estar hoy domingo de resurrección pero por causas ajenas que todos conocemos nos tenemos que estar en casa.

Detalle de diferentes animales salvajes y de Elephant´s Rock.

Cocodrilo!!!

Este bich@ no recuerdo su nombre pero da miedito….

El hecho de ir con un local nuevamente fue un acierto, Dylan conocía al conductor del Jeep y en gran medida el éxito de ver a un leopardo o no depende de eso, estoy seguro que el 90% de la gente que estaba allí no tuvo la suerte que nosotros tuvimos.

Después de esta aventura por fin playa, ya tocaba descansar, ya tocaba relajarse y bañarse en el índico…nos fuimos a Mirissa, al sur de la isla y también uno de los lugares más turísticos frecuentado por occidentales, tocaba despedirse y dar las gracias a Dylan por su atención, su excelente trabajo y mejor persona.

Vista aérea de Mirissa y 2 de sus principales playas.

Como ya iba motivado en lo que a animales se refiere lo primero que hice fue algo que tenía pendiente desde hacer mucho tiempo, ver ballenas, este lugar es un sitio ideal para ello y contraté una excursión para ir la mañana siguiente, a las 6 en punto vino un tuc tuc a recogerme para llevarme al puerto. La excursión costó alrededor de 45 euros, desayuno incluido y snack a media mañana.

Ballena de Bryde. foto realizada por la agencia.

Tiburón ballena de unos 16 metros, más grande que nuestro barco. Foto realizada por la agencia.

Me sorprendió gratamente el cómo respetan en este país a los animales salvajes, durante el viaje una vez en el barco nos explicaban qué tipo de ballenas podríamos ver, qué mecanismo de aproximación haría el barco para no molestarlas o interrumpirlas en su camino y alguna que otra indicación.

El objetivo era ver la gran ballena azul, juntar en una semana a los 2 animales más grandes de la tierra, el elefante y la ballena azul, hubiera sido ya una coronación total pero no hubo suerte, a pesar de todo vimos varias ballenas de Bryde, es casi tan grande como la ballena azul, también vimos un enorme tiburón ballena que se acercó a nuestro barco y delfines que nos acompañaron un buen rato en nuestro camino de vuelta.

Ballena expulsando agua en la superficie. Foto realizada por la agencia.

Simpáticos delfines que nos despidieron hasta la próxima. Foto realizada por la agencia.

El resto del tiempo en Mirissa aproveché para estar en la playa, tomar el sol y probar la cocina local, os recomiendo este restaurante en el que cené las 2 noches y que ya solo por el nombre me conquistó Ambrosia restaurant.

El último día antes de volver aproveché para visitar una de las ciudades coloniales más especiales que he estado, me recordaba muchísimo a Nueva Orleans, la ciudad de Galle, desde Mirissa cogí un autobús que me costó alrededor de 30 o 40 cts de euro y los 30 kms que separan ambas ciudades fue una aventura, locura total como conducen, ya se me había olvidado del primer día del viaje lo que suponía… pude comprobar cómo son capaces los conductores de hablar por teléfono, organizar a los viajeros que suben y bajan, conducir a velocidades que parece que vamos a despegar mientras pegan bocinazos para que abran camino, yo había momentos que el trolebús había cogido velocidad y pensaba que iba arrasar con todos los tuc tuc, motos y coches como en un videojuego…dependiendo del sonido de la bocina era, para dar las gracias, para recriminar o para pedir permiso…de locura!!

El conductor se tapaba la cara como queriendo decir…qué ostia vamos a pegar!!!

El alojamiento en Galle estaba en pleno casco histórico, enfrente un coche de los años 40 y un restaurante de comida francesa, por aquí pasaron ingleses, franceses y holandeses.

Torre del reloj, edificio construido por los holandeses en el fuerte de Galle.

Lo más interesante de esta ciudad, que fue duramente golpeada por el tsunami de 2004 y se puede apreciar en algunos lugares aún los daños sufridos, es la torre del reloj construida por los holandeses, el fuerte, el museo naval y el faro, que data del año 1938 y construido por los ingleses.

Una de las calles de Galle con sus coches de época.

En esta ciudad multicultural también se pueden encontrar construcciones católicas también construidas por los holandeses, mezquitas árabes, templos budistas e incluso hinduistas.

Monjes budistas entrando a una de las iglesias católicas construidas por los holandeses.

Escolares musulmanas.

Templo budista situado en la zona colonial de Galle.

En mi caso lo que más me impresionó es que….pude cumplir uno de mis sueños y era entrar a un faro y subir a lo alto, no voy a contar como lo hice porque está prohibido y puedo comprometer mi reputación (si acaso la tengo jajaja)y el puesto de trabajo de alguien pero sí, conseguí subir por unas escaleras de hierro muy estrechas, ver el faro por dentro, me explicaron el funcionamiento y otras curiosidades, si abajo hacía calor…lo de arriba era un auténtico horno!!

Interior del faro de Galle. Objetivo conseguido!

Y por último el fin de fiesta, ver atardecer desde las murallas del fuerte, creo que uno de los mejores atardeceres que he podido contemplar.

Mezquita y faro de Galle.

Puesta de solo desde las murallas del fuerte.

Puesta de sol desde el fuerte de Galle.

Al día siguiente tocaba volver a la capital Colombo para lo cual cogí uno de los trenes que a diario salen desde la estación de Galle, el billete era en 3º clase y el precio no lo recuerdo pero no más de 2 euros y la verdad que es una auténtica maravilla el recorrido que hace cruzando pueblos que se han establecido a orillas de la vía, las playas, los paisajes…

Vistas desde el tren camino a Colombo.

Abandonando Galle para despedirnos de Sri Lanka con mucha penita.

Y hasta aquí la aventura de Sri Lanka, no estuvo nada nada mal!!! Para repetir sin duda.

Y no me podía olvidar de mi amigo Dylan, a qué famoso jugador de fútbol os recuerda?

Si necesitáis gestionar visados para Sri Lanka o cualquier otro país os recomiendo iVisa, una empresa especializada que ofrece todo tipo de servicios, asesoramiento y el mejor precio. Yo la descubrí demasiado tarde, de lo contrario no hubiese pagado sin darme cuenta 45 euros de más, pero la próxima vez no me vuelve a pasar!

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